Esta última
semana he tenido la suerte de asistir a un par de eventos sobre temas de
motivación en el trabajo. En el CEFJE
Carlos López Ardao nos ilustraba
sobre las nuevas formas de aprender y trabajar. Herramientas como la Gamificación como
palancas motivadoras, incentivadoras de la participación y el desempeño. Aprender
y trabajar jugando. Me resulta interesante como lo nuevo despierta lo
antropológico, lo esencial.
Más tarde, tuve la suerte de ver a Victor Krüppers en acción, hablándolos de la
gestión del
entusiasmo y del potencial que todos llevamos dentro si sabemos activar virtuosamente
nuestras actitudes.
Está claro,
la teoría la sabemos. Nuestro estado anímico y emocional depende exclusivamente
de nosotros. Si ello lo aplicamos a la empresa, no importaría el contexto, no
importaría la falta de oportunidades, estrategias, sentido, objetivos
estratégicos, operativos, prosaicos, banales, anuales, trimestrales y
octogonales. No importa. Porque yo soy yo, y lo valgo pero que mucho mucho oyes!
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Pero sí que
importa ¿verdad? Especialmente en estos momentos donde el salto profesional nos
podría proporcionar un descalabro personal sin precedentes. Es difícil cambiar,
por lo tanto hemos de aguantar. Si nos quedamos sin ganas en nuestros puestos,
¿dónde está la motivación?
Oí a un
famoso escritor y periodista en un programa televisivo no hace mucho decir que - simplemente
hay cosas que no tienen solución.